30 Seconds to Mars en Paraguay: la venida del señor

Finalmente se dio el arribo del proyecto musical de Jared Leto a nuestro país tras una suspensión en mayo que solo consiguió aumentar la ansiedad de los fans e incrementar un poco las expectativas de lo que podían ofrecer. El reciente ganador del Oscar por su papel en Dallas Buyers Club llegó dos días antes del show para recorrer puntos clave de la capital y de paso quitarse fotos con fan que se cruzara en su camino. Es que de Jesucristo tenía algo más que la apariencia y en el Yacht & Golf Club lo confirmó.

A las 21:30hs en punto se apagaban las luces mientras sonaba la épica de Carl Orff en los parlantes que con el griterío generalizado de las echelon crearon la obertura ideal para que entraran a escena Tomo, Shannon y Jared que de entrada ostentaba una corona en su cabeza, metiéndose en el personaje que todos esperan de él, tomó el micrófono y entonó la electrorockera “Up in the Air”, corte de su último trabajo Love, Lust, Faith and Dreams.

Fuimos conscientes de que Jared es todo 30STM, es como un Mesías más entre nosotros que para la segunda canción del setlist ya daba órdenes superiores como hacer que todos los presentes se agachen o retroceder unos pasos para dar un respiro a los de las primeras filas que estaban todos apretujados. Se entiende que con ese tipo de gestos y una actitud tan noble dentro y fuera del escenario, es fácil tenerlo en un altar. Ahora, si uno le trata de prestar atención a lo musical de su banda, nos damos cuenta que la base sólida cae en los otros dos miembros opacados de la banda que sudan la gota gorda allá atrás, en especial Miličević que además de guitarrista es el amo de los sintetizadores en algunos temas.

La noche estaba afianzada a favor de este trío y continuaban sin detenerse, a media máquina con la bélica “This Is War” que cobra mucha más fuerza que escucharla en su versión de estudio, terminando este tema soltaron montón de pelotas y un montón de confetí para “Conquistador”, complementando así el espléndido juego de luces que se estaba observando arriba del escenario. Sin embargo a Jared se lo notaba algo desganado en su canto, más tarde revela que se encontraba enfermo por algo que comió y que estuvieron a punto de suspender (una vez más) el recital, cosa que no iba a permitir, ese punto en contra lo palió de taquito con su carisma e interacción absoluta con los asistentes

Nos prendimos a su juego de seducción para la reposada “End of All Days” donde brinda su mejor perfomance vocal de toda la velada, a su vez fue la última canción antes de su primera falsa retirada. Para esa altura del show, poniéndonos en la piel de un espectador no fanático de la banda, nos estábamos llevando de recuerdo un show decente de pop rock en el que estaban faltando los hits por los que se hicieron tan famosos en todo el planeta.

Para el segundo round, Leto se vino solito con una guitarra criolla para interpretar un par de baladas “Hurricane” y “Alibi”, a la consulta de qué tema el público querría escuchar en ese entonces recibió un reclamo unánime de “The Kill”, probablemente el tema más conocido de su banda. El pedido fue concedido a medias ya que el cantante lo único que hizo fue grabar al público cantar el coro del tema para subirlo a su cuenta de Instagram, acto seguido desaparecía una vez más el escenario.

En el bis final, los 30 Seconds emulan a una banda de synth pop con un optimismo contagiante en “Bright Lights”, luego llegaron a amagar con tocar “Enter Sandman” y Sad But True” de Metallica, todo eso mientras hacían subir a decenas de personas junto a ellos para el victorioso cierre con “Closer to the Edge” que en su apogeo -no metafóricamente hablando- hizo vibrar el suelo del Yacht.

Durante poco más de una hora, Jared se olvidó de sus primeras canciones y dijo lo que todos querían escuchar, que eramos hermosos, que va a volver y recomendará a otras bandas que vengan a tocar a Paraguay. Después me acuerdo que es un excelente actor… pero da gusto creer.

Fotos: Ross Noirche.

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