«La Hipocresía es Universal»: La revancha del Cuarteto de Nos en Paraguay
Tres años, una pandemia y dos nuevos álbumes después, los uruguayos pisaron nuevamente suelo guaraní para celebrar junto a sus seguidores más fieles el Día de la Amistad. Y la deuda quedó saldada. Con dos estrenos en vivo, más de 20 tracks en escena y sin dejar pedidos pendientes, el show finalizó bordeando las 2 horas de duración y con el infaltable saludo al eterno anfitrión, Damián.
En Paraguay, el 30 de julio es una fecha de devoción y compromiso. Una cita con la lealtad, el cariño, el aguante sincero y la compañía elegida. Sí, el día de la Amistad lo pasás con aquellos a quienes más querés y a los demás los acomodás en días previos o posteriores, fin de la discusión. Así lo entendió la organización de #AMIGOSKILK y, haciendo honor a la fecha, recurrió al lenguaje más histriónico, destapado y seudofilosófico de la música regional. Puso de telonera a «la banda que sonaba mientras vos esperabas la música que querías escuchar» Villagrán Bolaños, para luego meternos de lleno a descubrir si estamos o no en la «Lista Negra» del Cuarteto de Nos.
Desde las 21:15 en punto, saltamos, bailamos y nos abrazamos a puro Ritmo Subtropical. Los Villagrán nos conocen, saben lo que nos gusta y nos lo dan siempre sin escatimar. Las primeras stories etiquetando a la Ex Cervecería Sudamericana como el venue de la noche empezaban a ver la luz y los tragos iban y venían en las distintas rondas de amigos que celebraban con buena música el tenerse en sus vidas.
El cuarto intermedio sirvió para recapitular un poco, ir sacándose el abrigo (pues el tan anunciado frente frío se convirtió solo en un soplido) y preparar el ambiente para que a las 22:45, Roberto Musso, Santiago Tavella, Gustavo Antuña y Santiago Marrero den vida a los enérgicos primeros acordes de Punta Cana y hagan estallar a las casi 3.000 personas que los fueron a ver. Y digo VER; porque la sublime puesta en escena, muy acordemente acompañada por el despliegue audiovisual, fueron la amalgama perfecta para disfrutar de una noche irrepetible. El público respondió y coreó el tema de principio a fin, y al hilo, El hijo de Hernández, Ya no sé qué hacer conmigo y Lo malo de ser bueno nos fueron sumergiendo cada vez más en ese clima de paradojas y dicotomías, que nos remontan a esa etapa de transición entre los años mozos y la madurez de la excéntrica banda uruguaya.
El saludo oficial fue pospuesto en honor a la música y la decisión no pudo haber sido la mejor. Siendo las 23:06, Roberto se dirige a su gente y agradece haber sido elegidos como la compañía ideal para celebrar la amistad. Se tomó uno segundos más para mencionar que ansiaban presentar el álbum Jueves (2019) ante este mismo público (el show fue truncado por la cuarentena) y que por ende, además de darnos a conocer lo más reciente en su producción discográfica (Lámina Once, 2022), el setlist abarcaría sus hits más destacados del trabajo anterior.
Y así fue.
El ambiente se tornó más baladezco (?) cuando Tavella tomó el micrófono para interpretar Enamorado tuyo; luego se lo devolvió a Roberto quien al son de Anónimo, Mi lista negra, Fiesta en lo del Dr. Hermes y Mario Neta fue desempolvando el sarcasmo cómico habitual para levantar la temperatura de la Ex Cervecería y hacer que la noche sea, cada vez más, una fiesta entre amigos.
Un breve silencio, de pronto, anunciaba que el vocalista volvería a dirigir unas palabras a la audiencia. Esta vez, para preguntar si nos gustaría ser espectadores de un estreno en vivo. Ante la efusiva y positiva respuesta, y en un dejo de extrema complicidad, señaló entre risas que: «La hipocresía es Universal» (admitámoslo, todos vamos a un live-show esperando nuestro clásicos. no somos tan fans de lo nuevo hasta que lo conocemos)
Pero segundos después, el que promete convertirse en un himno satírico sobre la hiperexposición mediática en la que vivimos inmersos era ejecutado en escena por primera vez en la historia de Cuarteto. En palabras del propio Musso, los presentes «podremos decir a nuestros nietos que estuvimos en el debut en vivo de Maldito Show en Asunción de Paraguay» . No sería, sin embargo, el único tema que saldría del horno en suelo paraguayo. Como quince minutos después, anuncian que Rorschach – canción que denota el punto de vista del antihéroe homónimo de la serie Watchmen – también sería tocada por primera vez ante un público.
Interín, los suspiros al micrófono pronunciaban un sólo nombre: Roberto. Esa canción con vestigios de mea-culpa que pareciera estar dirigida a la versión más joven – o de otra dimensión, quizás – del propio líder de la banda. La cuestión se fue poniendo más disruptiva luego con los sonidos de Pobre papá y Contrapunto para humano y computadora, con el correspondiente baño de realidad que ambos temas simbolizan.
El que parecía ser el tramo final del concierto se fue transformando así en un sube y baja de emociones. Lágrimas corrieron por mis mejillas (y por las de decenas de otras mujeres presentes) al grito de No llora; para luego convertirse en la rabia contenida en las líricas de Hombre con alas y querer hacer frente a cualquier adversidad cual Gaucho Power.
Al ritmo del que algunos consideran una burlona oda al narcisismo y para otros es el summum de la autoaceptación, Me amo levantó al máximo la energía de una audiencia que vibraba cada vez más. Es así, que el clásico Invierno del 92 parecía dar cierre a la hora y cuarto de despliegue escénico.
Pero sabemos cómo funciona.
Al grito de «una más», Cuarteto de Nos regresa al plató. Llegó papá disparó un nuevo pico de energía para, finalmente, concluir la presentación de la única forma posible: Yendo a la casa de Damián
Roberto agradeció, vibró y se emocionó. Finalmente, invitó a un after en «El Bosque de los Artistas» donde quería compartir más de cerca con su gente. Pero esa, ya es otra parte de la historia.