Simple Plan: de adolescencia, emociones y rebeldía
Los oriundos de Montreal (Canadá) pisaron suelo paraguayo por primera vez el día de ayer. En palabras del mismo Pierre Bouvier (vocalista y líder), al momento de bajar del avión «ya supieron que se sentirían como en casa, y que tendrían ganas de volver». Frase hecha, quizás, pensarán algunos. Pero en el transcurso de la hora y media ininterrumpida de show que brindó Simple Plan en Paraguay, la indescriptible cohesión banda-audiencia demostró que las emociones, en verdad, estaban a flor de piel…
Teloneros.
La banda liderada por Panchi Galarce – GARAGE 21 – subió puntualmente a escena a las 20:00 horas y supo estar perfectamente a la altura de las circunstancias, haciendo corear una selección de temas de sus diferentes álbumes a un Casco Antiguo que aún no parecía estar a tope de su capacidad. No faltaron, por supuesto, los mensajes en contra de la violencia de género, las injusticias y la corrupción, característicos del estilo rebelde de la agrupación. La despedida tuvo como broche de oro al single «Adiós, general». Los Garage 21 bajaban así del escenario y la espera – de a poco – se hacía cada vez más eterna.
El concierto.
Eran exactamente las 21:33, cuando las luces del plató se apagaron y la música ambiental – de pronto – se llamó a silencio. Tras unos sutiles golpes de batería, se pudo notar la presencia de Pierre Bouvier (voces), Jeff Stinco (guitarra principal), Sébastien Lefebvre (guitarra rítmica/coros) y Chuck Comeau (percusión) en escena, quienes desataron desaforados gritos de algarabía al son de Opinion Overload, pertenciente al álbum que da nombre a la gira: Taking One for the Team, y un juego de luces de colores, humo y mucha energía.
Con palabras cargadas de muchísima emoción, Pierre se dirigió a su público para agradecer la espera de tantos años. Además, se ganó los corazones de las más de 2500 almas presentes en el lugar al expresarse – en reiteradas ocasiones – con frases en guaraní. «Aguije, Paraguay» fue la primera de ellas, que logró el estallido de toda la afición.
Al single de apertura, le siguieron de manera casi ininterrumpida Jet Lag y Jump. En medio de saltos de ambos guitarristas y el vocalista sobre los parlantes, canciones dedicadas específicamente a ciertas personas del público, constantes elogios de Pierre – quién a cada momento catalogaba a la multitud paraguaya como «Extremadamente Sexy y Hermosa» – se sumó un dote de emotividad en el momento en que el líder justificaba la ausencia de David Desrosiers, bajista de Simple Plan, quién en la última semana anunció su baja del tour por cuestiones estrictamente personales.
La fiesta siguió cual si fuera una reunión de confianza entre amigos. ¡Tanto que hasta incluyeron un breve cover de I Gotta Feeling de Black Eyed Peas!
El siguiente tema de la lista fue I’d Do Anything, que nuevamente se llevó un redoble de aplausos al momento en que Pierre cambiaba parte de la letra por «I’d do anything here in Paraguay» (lo haría todo, aquí en Paraguay). Boom fue, después, la antesala a lo que muchos estaban esperando. Simple Plan resonaba hasta el último rincón de Asunción al ritmo de Welcome To My Life. Y, como si la euforia aún no fuera suficiente, en Addicted –tema con el que continuó la performance – una fanática apostada por la baranda del sector VIP logró subir al plató y compartir escena con ellos.
Addicted culmina con la frase «I’m addicted to you, Paraguay» y – posteriormente – el club de fans Simple Plan Paraguay alcanza a Bouvier una bandera firmada por los integrantes del mismo, con dedicatorias y mensajes. Con la ayuda de Sébastien, la enarbola instantáneamente. La clara expresión de sorpresa, emoción y alegría de ambos les valió uno de los aplausos más efusivos de la noche, al que el cantante respondió con la frase «I’m givin’up» (Me rindo).
Your love is a lie era la siguiente propuesta y – seguidamente – Perfectly Perfect. En esta última, el canadiense se animó a pronunciar un sorpresivo «Kuñatai Porã» que llegó al corazón de cada una de las presentes en el Casco Antiguo. Nuevamente fue hora de la fiesta con versiones de Uptown Funk (Bruno Mars) y Can’t Feel My Face (The WEEKND) que pusieron a todos a bailar.
En un breve momento de descanso, mientras Bouvier tomaba agua, el guitarrista y segunda voz Sébastien Lefebvre no perdió oportunidad y se hizo dueño del micrófono para agradecer el inmenso cariño de los fans, lo increíble de la noche, y asegurar que le encantaría volver una y otra vez.
Con Can’t keep my hands off you, Farewell – mencionada por Lefebvre en la entrevista virtual como su canción favorita para tocar en vivo -, Summer Paradise y los clásicos Crazy y I’m just a kid (recordado soundtrack de la película «Más barato por docena») Simple Plan dejaba el escenario. Pero ni un minuto pasaba para que volvieran a sacudir las cabezas, cuerpos y gargantas de todos al grito de SHUT UP!, continuando con Perfect World, la balada This song saved my life y el emblemático corte Perfect.
Energía, complicidad, una espontánea y majestuosa química con la audiencia, y un setlist que no dejó queja alguna, fueron los condimentos principales de la noche. La intensa lírica de sus letras – contracorrientes desde su propia esencia, rebeldes desde el día uno de la banda y fieles durante 17 años interrumpidos – sumados al enorme despliegue escénico y logístico, transportaron imaginariamente a cada miembro de la afición a una adolescencia eterna, permanente, combativa y cómplice, de la que los integrantes de Simple Plan parecieran nunca haber salido.
Con la promesa de volver más de una vez , con evidentes atisbos de inconmensurable alegría, habiendo siendo dueños de un sonido excelso, una performance indescriptible y un público intensamente suyo – tras una foto final de despedida – los candienses bajaron del escenario definitivamente cuando el reloj marcaba las 11:02 de la noche y la satisfacción era ya absoluta en cada una de las 2500 almas allí presentes.
